Cyberflashing: "De repente apareció en la pantalla de mi celular la imagen de un pene y me sentí humillada"
Cada vez más mujeres son víctimas del cyberflashing, un tipo de acoso por el que reciben fotos no deseadas de hombres desnudos en el celular.
Este es el testimonio de una de ellas.
Estaba mirando el celular de camino al trabajo y, de repente, apareció en la pantalla la imagen de un hombre desnudo. Me inundó una ola de vergüenza, como si fuera yo la que estaba desnuda y expuesta.
El iPhone me preguntaba si quería aceptar o rechazar la imagen de un extraño desnudo que me estaba llegando a través de AirDrop. Había usado filtros, había retocado su cuerpo, había difuminado el fondo y posaba frente a un espejo con el pene erecto. Puso mucha dedicación considerando que era una foto destinada a un extraño.
Mi respuesta fue inmediata: lo rechacé. Pero lo que no pude borrar es la inseguridad y el miedo que me había provocado.
Como mujer empoderada por los movimientos feministas, siempre pensé que podría gestionar a cualquier hombre o cualquier insulto que recibiera. No quería obviar lo que me había pasado con la foto, así que exploré el vagón del metro para encontrar a un hombre que se pareciese al de la imagen.
Inspeccioné todas las caras hasta que salí del vagón.
Empecé a caminar detrás de un hombre que creía que podía ser el culpable, sin saber qué hacer. ¿Era él? ¿No lo era? Tenía las mismas piernas largas, la misma cara y los brazos delgados, pero ¿qué le diría?
Me paré detrás de él en la escalera mecánica y vi que, en la pantalla de su celular, tenía las fotos abiertas y el símbolo de AirDrop debajo.
Pero cuando me miró a los ojos, se me fueron la ira y los insultos que tenía en mente. No pude decir nada. No pude preguntarle por qué lo había hecho o acusarlo.
Estaba demasiado asustada para hacerlo, y me convencí a mí misma de que él lo entendería por el enojo que contenía mi mirada.
La verdad es que, independientemente de lo fuerte que yo pensaba que era, ese hombre me convirtió, con una imagen, en una persona débil, humillada y sin la capacidad de hacerme respetar.
Esa sensación me duró todo el día, y el incidente todavía se repite en mi pensamiento.
Investigué el tema de las fotografías con desnudos que te llegan en el metro y descubrí que esta práctica tiene un nombre: cyberflashing.
También descubrí que es un problema más amplio que afecta a mucha gente, ya que AirDrop permite enviar archivos desde y hacia dispositivos Apple que estén cerca.
¿Cómo funciona AirDrop?
Zoe Kleinman, periodista de tecnología de la BBC, explica cómo funciona AirDrop.
Apple lanzó AirDrop en 2011. Se trata de un servicio para compartir archivos de forma inalámbrica y rápida entre dispositivos Apple.
Se puede usar para compartir fotos, videos, contactos y otros documentos, pero solo funciona entre los dispositivos de Apple.
Funciona con una combinación de bluetooth y wifi: ambos deben estar activados para que un dispositivo envíe o reciba cualquier cosa a través de AirDrop.
Si el dispositivo es un iPad o iPhone, tiene que contar con iOS7 (lanzado en 2013) o con una versión posterior para que Airdrop funcione.
En el menú de la configuración general, los usuarios pueden limitar AirDrop para que solo acepte archivos de contactos que ya estén registrados en su dispositivo o pueden desactivar esta opción, que viene como predeterminada, y permitir que su celular sea visible para todos los demás iPhones que estén cerca.
Los dispositivos Android cuentan con un servicio similar llamado Android Beam que funciona con tecnología inalámbrica de corto alcance (NFC, por sus siglas en inglés).
“Solo son fotos”
Otras mujeres hablaron, también, sobre el problema del cyberflashing.
Emma Wilson explica que informó de un incidente que sufrió a la policía de transportes de Reino Unido.
Meses después, sigue “enojada” con el oficial de sexo masculino que la atendió.
Según dice, le dijo que era imposible investigar, que tenían lugar muchos incidentes y que no había suficiente información. Y le insinuó que eran “solo fotos”.
Lo que hizo fue aconsejarle que se asegurara de desactivar AirDrop en todos los lugares públicos en el futuro.
La herramienta permite compartir archivos de forma instantánea y sencilla entre celulares sin que aparezca ningún número.
Incluso desde Apple recomiendan a los usuarios que se protejan contra los mensajes no deseados apagando AirDrop o configurándolo para recibir archivos solo de sus contactos.
El inspector de la policía de transportes británica, Ashley Cooper, asegura que, en promedio, reciben dos o tres informes cada mes de gente víctima de ataques cibernéticos.
Y también aconseja que los usuarios controlasen sus configuraciones de privacidad.
Pero Rachel Krys, codirectora de End Violence Against Women Coalition [Coalición para Acabar con la Violencia contra las Mujeres], dijo que la responsabilidad no debería recaer en las mujeres.
La policía debería “dejar de decirle a las mujeres que hagan algo y esperar que cambien su comportamiento para evitar que los hombres invadan su privacidad”, afirmó.
Emma también asegura que la solución no es desactivar una herramienta que puede ser útil sino que los hombres dejen de enviar este tipo de imágenes.
“Estoy enojada porque vivimos en un sistema en el que la tecnología es algo con lo que las mujeres deben tener cuidado por si tentamos a los hombres para que lo usen para acosarnos”, explicó.
El gobierno británico está trabajando para intentar evitar que las personas reciban imágenes no deseadas de genitales masculinos en sus celulares.
Una nueva ley propuesta por el Comité de Mujeres e Igualdad de la Cámara de los Comunes se centra en la prevención: “No se trata de decirle a las mujeres que cambien su comportamiento sino de cambiar el comportamiento de los hombresque eligen acosar de esta manera”.
Y exigen un programa dirigido tanto a chicos como a hombres para prevenir el acoso sexual en todas sus formas.
Hay varias peticiones en internet para que el ‘cyberflashing’ se considere un crimen.
Pero otros, como Rachel Krys, creen que catalogarlo como delito no es la solución y que al desarrollar estas herramientas las empresas tecnológicas deberían pensar en las mujeres y en cómo les pueden afectar.
“Muchos casos de ‘cyberflashing’ no se denuncian porque las víctimas no sienten que el incidente sea lo suficientemente grave como para informar de él o simplemente porque no saben dónde acudir“, asegura el inspector Cooper.
Y explicó que cada denuncia ayuda a la policía a identificar a los delincuentes, lo que en última instancia puede llevar a su arresto y enjuiciamiento.
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