Creepypastas: Annora Petrova
Una de las Creepypastas más tristes que leeras en estos tiempos, Annora Petrova
Para: Breeiceq@gmail.com
Asunto: BREE LEE ESTO POR FAVOR
De: Annora
BREE, ¡NO LO BORRES!
Sé que sigues odiándome, pero alguna vez fuimos las mejores amigas y necesito que leas este mensaje. Creo que estoy en graves problemas y aunque no puedas hacer nada por mí, necesito que leas esto para que lo comprendas.
Annora Petrova.
No hemos hablado desde las seccionales. Ha pasado una eternidad, pero yo no tuve la culpa de lo que te sucedió. Por lo menos no completamente. Sé que todos creen que es así, pero jamás haría nada que te lastimara.
Va a sonar loco lo que voy a contarte, pero necesito que alguien más lo sepa.
Todo empezó cuando íbamos en octavo grado, la noche anterior al torneo Crystal Classic. Yo estaba en casa, muerta de nervios por la competencia y no podía dormir porque estaba muy nervioso por competir. Encendí la computadora y me conecté a Internet. Me puse a navegar por la web y todo eso, pero no era capaz de concentrarme en nada, solo me allí, sentada. Así que me busqué en Google.
Jamás debí haberlo hecho, Bree. Al principio, vi todo lo habitual que se encuentra cuando te buscas en Google; pero después descubrí el enlace de una página de Wikipedia que hablaba sobre mí.
Creí que aquello era obra de mi papá o de nuestro club. No decía mucho; solo mencionaba algunos datos básicos sobre patinaje, en qué ciudad vivía; pero lo que me atrapó, fue que decía que ese año había ganado el Crystal Classic.
Me reí. Pensé que alguien había hecho aquello para alentarme. Aunque cuando le pregunté a mi padre, él negó haberlo hecho.
Fui muy feliz cuando triunfé en la competencia a la mañana siguiente. Era la primera que ganaba y me sentí muy bien. ¿Te acuerdas de lo duro que trabajé después de eso? Fue entonces cuando mis padres contrataron a Sergei como mi entrenador. Sabes bien lo costoso que puede ser eso.
A partir de aquel día, leería mi página antes de cada competencia y siempre encontraría los resultados del lugar en el que quedé. Decía que iba a ganar las regionales a los 15, y todo se volvió realidad. Tiempo después, Sergei convenció a mis padres de que tenía potencial para los Juegos Olímpicos y me sacaron de la escuela.
Todos los días patinaba, pero según Sergei, no estaba progresando de la manera necesaria si quería tener una oportunidad en el Campeonato. Trabajaba duro y patinaba bien, pero él dijo que no era suficientemente buena.
Cuando las seccionales comenzaron, ganar era lo único en lo que pensaba, así que hice algo que no debería haber hecho. Todos comentaban que eras la favorita y eso me hizo sentir como si ya hubiera perdido la competencia. Me abrí una cuenta en Wikipedia y traté de modificar mi página para que dijera que yo era la ganadora.
La cuestión es, que luego de actualizar la página, la revisé y todo lo que decía era: «Annora Petrova es una maldita egoísta que obtendrá lo que se merece».
Me quebré. Por eso me veía tan mal al día siguiente. Estaba aturdida. Recuerdo mirar tu rutina y ver como una cuchilla se te rompía, y lo siguiente que supe fue que estaba en el suelo y mi rostro sangraba a causa de la navaja, que había volado y me había cortado la frente. Me culparon por haber tomado tus patines antes. Bree, honestamente no le hice nada a tus patines. Quería ganar, pero no haría nada que te lastimara.
Cuando me prohibieron participar en otras competiciones, todos coincidieron en que obtuve lo que me merecía. Ni siquiera me preguntaron mi versión de la historia.
Supongo que supiste que Sergei me dejó tras el incidente. Dijo que lo había arruinado. Nadie volvería a hablarme.
¿Sabes lo que es ser aislada por todos? Ni siquiera podía tener tiempo en el hielo para practicar. Luego la página empeoró. Cada vez que la revisaba, estaba llena de cosas horribles sobre mí. No puedo ni decirte la mitad de ellas, usaban un lenguaje era tan asqueroso. Lloraba cada vez que la leía, pero no podía dejar de hacerlo. Sabía que tenía que hacer algo al respecto, así que envíe una queja a Wikipedia. Hasta intenté llamarlos, pero siempre afirmaban no saber nada sobre la página.
Ese viernes por la noche me quedé sola en casa y decidí verificar si habían retirado la página. Seguía online, solo que esta vez decía: «Annora Petrova es una huerfanita patética».
Me asusté. Llamé a mis padres para advertirles, pero cuando descolgaban, todo lo que podía escuchar era una risa macabra al otro lado. Debo haberles hecho cientos de llamadas hasta que fui incapaz de soportar esa risa.
Tras el accidente, la policía me entregó sus teléfonos. No había ningún registro de mis llamadas esa noche.
Me sentía tan devastada. Antes de eso, estaba tan ocupada entrenando y estudiando en casa, que nunca me percaté de lo sola que me encontraba. Sé que intentaste llamarme, pero estaba tan deprimida y enfadada que simplemente aparté de todo.
Cuando cumplí 18 años y obtuve el dinero del juicio, vine a Suiza. Necesitaba reinventarme. Mi patinaje realmente ascendió. No había pasado ni un año y sentí como si todo lo que había ocurrido, hubiera sido hace muchísimo tiempo. Por eso no debería haberlo hecho, Bree.
Te escribo desde un viejo hotel a las afueras de Praga. Voy a audicionar para el Ice Circus mañana. Sé que es el tipo de cosas de las que acostumbrábamos burlarnos, pero realmente quiero hacerlo. Estoy muy nerviosa y, debido a mis viejos hábitos, volví a revisar mi página. Me cuesta decirte esto, pero cuando la leí para ver si lograría conseguir el trabajo, todo lo que decía era: «Annora Petrova se murió sola y sin amigos». Marca el día de hoy como la fecha de mi muerte.
Estoy llorando tan fuerte que apenas y puedo escribirte esto. Quería que supieras la verdad. Por favor créeme, Bree. Te adjunto una captura de pantalla de la página para que lo hagas, todo está ahí, tal como te conté. No sé que hacer. No conozco a nadie y por aquí nadie habla inglés. Sigo actualizando la página.
Dios, ha pasado tanto tiempo, la vuelvo a cargar una y otra vez pero nada ha cambiado, estoy esperando la medianoche. No sé qué hacer, me he encerrado en mi habitación. Faltan unos minutos para la medianoche. Todo lo que puedo hacer es actualizar la página. Estoy cansada, pero no puedo parar. Tengo miedo de apartarme de la computadora hasta saber que es lo que va a pasar después.
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