Mencionan que las señales de alarma pueden variar.

Una de cada 10 personas que comete suicidio, tiene entre 10 y 17 años de edad, situación que se ha vuelto un foco de atención en el campo de la salud mental, ya que es un problema que se puede prevenir.

Mariela Calzado Calderón, especialista miembro de Asociación Mexicana de Psiquiatría Infantil, explicó que gran parte de los menores de edad toman estas decisiones debido a que absorben parte de la responsabilidad de los conflictos que puedan presentarse entre sus padres y por violencia familiar dentro del hogar.

“Los niños, niñas y adolescentes se dan cuenta que hay conflictos, que papá le pegó a mamá y eso asusta mucho, porque la violencia puede que alcance al menor y eso se convierte en un callejón sin salida, porque los que te tienen que ayudar te lastiman. El niño al morir arroja con todo su cuerpo, un proyectil a la familia y no debemos dejar que eso suceda, podemos detenerlo antes”, dijo.

La doctora mencionó que entre las señales de alarma varían dependiendo de la edad, antes de los siete años los más comunes son irritabilidad, falta de concentración, inquietud y dificultad para relacionarse con sus pares.

Mientras que en el caso de los mayores está el incremento de agresividad, apatía, tristeza, falta de concentración y bajo rendimiento escolar. Los

adolescentes pueden mostrar conductas negativas, agresividad, desinterés por el aseo personal y retraimiento social con hipersensibilidad que puede conllevar a la planeación de su muerte.

“Los signos de alarma más avanzados son cuando comienzan a hablar de dejar sus pertenencias, despedirse de sus amigos, encargar a sus mascotas, juguetes o hermanos a alguien y mencionar que se van a ir muy lejos y no va a dar molestias. Ojo con esto, estamos hablando de que se está despidiéndose, es una especie de carta póstuma y lo puede expresar de manera verbal, en una carta o dibujo”, dijo.

De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) las lesiones autoinfligidas son la tercera causa de muerte entre niñas, niños y adolescentes mayores de 10 años.