Las ventas restauranteras aún tienen un rezago que Juan Carlos Hernández estimó en un 60 por ciento, con respecto a los meses previos a la pandemia del COVID-19.

Sin embargo, el dirigente de Canirac se mostró optimista y vaticinó que así como han cerrado muchos negocios del sector, vendrán nuevos inversionistas que enriquecerán la oferta culinaria del destino.

También dejó entrever que ya hay inversionistas que ven a la zona turística y otros puntos de la ciudad, como áreas de oportunidad para establecer un giro comercial, por lo que no descartó que la Canirac pudiera tener más miembros en 2021.

“Estamos en la lucha por conseguir nuestro punto de equilibrio. Luego del huracán “Delta”, se puede decir que los daños fueron menores. La energía fue restituida al día siguiente y de forma inmediata restablecimos nuestros servicios”, explicó.

No obstante, Hernández admitió que los restauranteros gastaron entre mil y 50 mil pesos para protección de sus negocios, con sus tápiajes, equipos de sonido y sistemas. “Afortunadamente bajó su intensidad el huracán y aquí estamos”, agregó.