Además de incentivar estos autos, se debe crear la infraestructura para su uso, considera
En México hay ausencia de políticas necesarias para incentivar el consumo de autos eléctricos y, especialmente, para crear la infraestructura necesaria para su uso, explicó Martha Cordero, autora del estudio La inversión extranjera en los sectores dinamizadores del desarrollo sostenible y sus flujos hacia Centroamérica, Cuba, Haití, México y la República Dominicana, 2015-2021.
Algunas de las iniciativas de infraestructura creadas han sido iniciativas de empresas privadas como Nissan y BMW, expuso Cordero en el documento a cargo de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
Señaló que, aunque México es el sexto productor más grande en el mundo de automóviles y autopartes, la compra de vehículos eléctricos en el país sólo representa 2% del mercado.
México es uno de los países de la zona que atrae más Inversión Extranjera Directa en las actividades que impulsan más el crecimiento económico, pero hay sectores con avances pequeños, de acuerdo con la Cepal.
El estudio indicó que hay siete sectores que tienen un “arrastre de la economía en una dirección ambientalmente sostenible”.
Esos siete sectores, intensivos en conocimiento, con altas tasas de crecimiento en demanda y empleo, son: fuentes energéticas renovables no convencionales, electromovilidad urbana, digitalización, industria manufacturera de la salud, bioeconomía, economía circular y turismo.
En términos generales, las inversiones en esos siete sectores se concentraron en México con 68% y en Costa Rica con 16%. Sin embargo, hay áreas de oportunidad sobre todo en energías renovables, electromovilidad urbana, digitalización, bioeconomía y economía circular.
“En el número de proyectos recibidos (de 2015 a 2021) también se observa la mayor preponderancia de sectores dinamizadores tradicionales, en comparación con el resto, así como la concentración en dos países: Costa Rica y México”, explicó Cordero.
Destacó que las inversiones en digitalización permitieron que México tenga un nivel de acceso general cercano al de Costa Rica, pero en ambos países hay brecha entre zonas urbanas y rurales.
Del total de la población urbana de Costa Rica, 78% tiene acceso a internet, mientras en México el porcentaje llega a 71%; en el caso de la población rural costarricense, la tasa fue de 61%, mientras que para los mexicanos alcanza 39%.