Se avizora septiembre, el mes de la independencia de México, el mes del testamento, el tiempo de poner en orden los bienes tangibles e intangibles, las cosas materiales y hasta los derechos sobre una marca, incluso deudas económicas -si así se estipula-, que serán designadas a una persona específica para que lo reciba; un legado.
Los especialistas en derecho señalan que “un testamento es un instrumento legal que se otorga ante un notario público, en el que se manifiesta la voluntad sobre el destino que tendrán nuestros bienes y derechos cuando morimos”, es decir, a quién le vamos a dejar todo lo que poseemos en vida al morir.
“Es un acto personalísimo, revocable y libre, por el cual una persona capaz dispone de sus bienes y derechos, y declara o cumple deberes para después de su muerte”, al hacerlo se también hereda tranquilidad y problemáticas intrafamiliares.
Cuando se piensa en un testamento generalmente se piensa en un enorme listado donde se describen de forma pormenorizada todas las posesiones, lo cual no sucede, a menos que así haya sido solicitado por el testador.
Antes de aceptar una herencia se sugiere indagar si el fallecido o fallecida tenía deudas, para ello la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (CONDUSEF), establece que ninguna persona tiene la obligación legal de pagar deudas de personas fallecidas a menos que él o la cónyuge sean albaceas del titular de la cuenta.
También especifica que en el caso de tarjetas de crédito e hipotecas, las deudas quedan condonadas al fallecer la persona ya que la gran mayoría de créditos y deudas adquiridas por el occiso se liquidan con seguros de vida prexistentes.
Desde el 2003 la Secretaría de Gobernación (Segob) y el Colegio Nacional del Notariado Mexicano implementaron conjuntamente el programa “Septiembre mes del testamento” con el objetivo de fomentar la cultura de previsión en la sociedad mexicana.
Durante todo el mes de septiembre todos los notarios del país extienden sus horarios de atención, reducen los costos hasta un 50% para otorgar testamentos y brindan asesoría jurídica gratuita en materia testamentaria a todos los ciudadanos.
En caso no hacerlo el patrimonio puede quedar en riesgo, ya que cuando una persona muere sin dejar testamento, los herederos y la proporción de los bienes se reparten de acuerdo con la ley, al tiempo que debe iniciarse un juicio sucesorio o intestamentario ante un juzgado de lo familiar, un proceso burocrático caro y tardado, en el que pueden surgir otras personas que peleen por los derechos de los bienes, por ejemplo: hermanos, parejas anteriores, hijos no reconocidos, entre otros.
Algunas ventajas de dejar un testamento son:
– Los herederos podrán acudir a la notaría para buscar el testamento y proceder con la apertura.
– Se nombra al albacea elegido y se realiza un inventario y avalúo de los bienes.
– Se hace la repartición de las propiedades a los herederos; se cumple con la voluntad del testador.
Una vez que se realiza un testamento, es recomendable avisar a las y los beneficiarios que serán herederos, ya que, en caso de no haber un reclamo de la herencia después de tres años, los bienes pasan directamente a la beneficencia pública.
La CDMX es la entidad donde más testamentos se realizan, comparado con el promedio nacional, donde solo un 6% de la población cuenta con éste documento. A pesar de que da certidumbre y seguridad sobre el patrimonio familiar, prevalece una débil cultura testamentaria.
